HACIENDOME CARGO DE MI MISMO
Hoy
retomo después de seis meses a este querido blog; pienso que es el momento después de un
largo silencio; poder retornar con algunas anotaciones de
lo que día a día recojo en mi diario aprender causa en mi un gran alegría y
expectativa, igual a la que me genera emprender un nuevo año, por fortuna este
2014. El martes pasado, como
acostumbro con algunos números, realice
la sumatoria del 2014 y el resultado fue el número siete (7), un numero mágico,
lo encontramos desde que Dios creó el
mundo en 7 días, este número está unido de misteriosos modos a nuestra vida.
Hay
principios universales indisolublemente ligados a ciertos números que son
avalados por todas las religiones y civilizaciones. Entre los más importantes
se cuenta el número 7. Según la cábala representa la "Ley divina que rige
el Universo". Y si pensamos que siete días empleó Dios para crear el
mundo, habrá que reconocerle a este número un poder especial.
No
es "coincidencia" que sean siete los días de la semana. Ni tampoco
que los antiguos identificaran en el cielo a los siete planetas mayores que
influyen sobre la Tierra y lo seres que la habitan. Pero antes, mucho antes,
allá en los principios, aparece el número siete en toda su gloria: "Mi
arco he puesto en las nubes", le dice Dios a Noé después del diluvio,
(Génesis, Cap. 9 Vers. 13). Un arco que será la señal del pacto de paz entre El
y la tierra ¡Era el maravilloso arco iris, con sus siete colores!¿Más? Sí,
mucho, muchísimo más. La "música de las esferas" se expresa con
notas. ¿Cuántas? Siete. Una nota musical para cada esfera o planeta. Siete son
las Maravillas del Mundo. Siete son los principios herméticos. Siete las
famosas Partidas de Alfonso el Sabio. Siete los velos de la Danza Sagrada. En
el Apocalipsis (5:6) dice "... y en medio de los ancianos había un
cordero: estaba de pie y parecía haber sido inmolado; tenía siete cuernos y
siete ojos, que son los siete Espíritus de Dios enviados a toda la
tierra." Vemos entonces como el "logos" bajo el disfraz de
cordero se propone encarnarse en materia, para animarla y espiritualizarla y
elevarla a Dios, todo bajo la simbología del siete.
Y si
queremos acercarnos a la absoluta pureza, a la nobleza total, recordemos la
admonición de Jesús: "Perdonarás a tu hermano setenta veces siete". Y
las siete conmovedoras palabras del Calvario: "Padre, perdónalos, no saben
lo que hacen...".
El
número también aparece vinculado a nuestra minúscula condición humana: recién a
las siete horas de nacido, se sabe si el niño vivirá, y a los siete días le cae
el cordón umbilical. En el organismo existen siete plexos vitales, que deben
cultivarse buscando la perfección espiritual, ya que hay siete virtudes contra
las cuales se enfrentan siete vicios o pecados capitales.
Y
aparece en los viajes que modifican la historia del mundo. Cristóbal Colón,
descubre América en 1492. Y vemos que 1+4+9+2 da 16. Y 1+6 = 7. Hoy en la Era
Tecnológica el anhelo de colocar un hombre en la Luna se cumple en el año 1969.
Sumados sus componentes, 1+9+6+9 = 25; reducido 2+5 nos da otra vez el mágico
número 7.
En
los naipes del Tarot, recibe el título de "El Carro de Osiris",
significando victoria, éxito, verdad y justicia. En el plano psicológico el
séptimo arcano “El carro” mayor designa al hombre que por efecto de su voluntad
ha conseguido dominar las oposiciones y ha unificado las tendencias contrarias.
Nos encontramos aquí en el ámbito de la acción personal situada en el espacio y
el tiempo. La fatalidad se ha superado; el hombre ha elegido, se ha hecho cargo
de sí mismo y es el amo victorioso que marcha de frente; espero que así
marchéis en este nuevo año que comienza. Que sea esta mi oportunidad de
desearte un feliz año 2014 y un abrazo, desde aquí, desde el blog “Volviendo al
Corazón”.
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