LA RENOVACION, UNA OPCION DE VIDA
Para empezar este articulo
hablemos de los años que podremos llegar a
vivir cada uno de nosotros, más
aún hablemos del promedio de vida de la humanidad; pero para hablar de estos
temas debemos tener en cuenta una serie de variables de acuerdo a cada tipo de
raza, ubicación geográfica, ocupación y
a otros factores que pueden afectar al
hombre de acuerdo del ambiente en que se desenvuelve. Actualmente el promedio
de vida mundial es de entre setenta y ochenta años según estudios. Longevidad
muy similar a la del cuento del águila, donde se expresa que esta ave llega vivir hasta los setenta años, gracias a su capacidad de renovación.
Renovación que es bellamente explicada en el siguiente cuento mitologico y que toma al aguila como referencia, siendo este:
“El águila llega a vivir
hasta los setenta años. Pero para llegar a esa edad, a los cuarenta años deber
tomar una seria y difícil decisión. A los cuarenta años, sus plumas están
deterioradas, y sus alas envejecidas y pesadas. Volar ya se le hace pesado y su
maniobrabilidad es reducida. Sus garras están gastadas y débiles; y su pico ha
crecido demasiado largo y curvado hacia su pecho. Todo esto le dificulta
capturar a sus presas alimenticias.
El águila tiene solamente
dos alternativas: morir o enfrentar un doloroso proceso de renovación que dura ciento
cincuenta días. Ese proceso consiste en volar hacia lo alto de una montaña para
quedarse en un rincón del acantilado a salvo de ser molestada y donde no tenga
necesidad de volar.
Una vez que se ha
instalado, el águila comienza a golpear con su pico en la roca hasta conseguir arrancárselo.
Luego espera, sin posibilidad de comer, el crecimiento de un nuevo pico. Cuando
éste ha crecido lo utiliza para desprender una a una sus uñas.
En tanto que las nuevas uñas
lo permiten, arranca una por una sus plumas viejas. Y pacientemente, espera las
nuevas. Todo el proceso lleva cinco meses. Luego, aunque hambrienta, sale el águila
renovada a volar y caza, para vivir treinta años más”.
No solo en el águila de la naracción anterior es
provista de la habilidad para renovarse; en nosotros si que está cuando
cultivamos la sabiduría como la habilidad que se desarrolla con la aplicación
de la inteligencia en la experiencia.
Experiencia que hemos obtenido con el pasar de los años cuando nos
esforzamos por vivir con consciencia y que a su vez nos capacita para reflexionar,
sacando conclusiones que nos dan discernimiento de la verdad, lo bueno y lo
malo.
Actuar con buen juicio es el resultado de la
interrelación de la sabiduría acumulada y la moral. Algunas veces se toma el
concepto de sabiduría como una forma especialmente bien desarrollada de sentido
común; la aptitud de valerse del conocimiento con éxito, y el entendimiento
para resolver problemas, evitar o impedir peligros, alcanzar ciertas metas, o
aconsejar a otros.
La sabiduría toma sus
referencias de lo que se denomina memoria a largo plazo. En otras palabras, lo
vivido ha de haberse experimentado con suficiente frecuencia, cuarenta años quizás
para algunos es suficiente, o tal vez la intensidad
de la experiencia vivida permita que no
se borre de nuestro recuerdo, se inserte en los esquemas de lo que consideramos
bueno o malo y se tome en cuenta como parte de los procesos de supervivencia
del individuo.
El nivel de la sabiduría o
la prudencia como una virtud son reconocidas en fuentes culturales, filosóficas
y religiosas. Algunos definen la sabiduría en un sentido utilitario, como una
forma de prever las consecuencias y actuar para maximizar el bien común a largo
plazo.
Así pues, La sabiduría asiste la posibilidad de llevar una longevidad
dentro del promedio de la humanidad y superarla con calidad y propósito de
vida. En nuestra vida, debemos siempre estar alerta a la necesidad de una reconsideración
de quiénes somos y a dónde vamos. No debemos dudar en resguardarnos por algún
tiempo y atravesar un proceso de renovación y realineación hacia nuestro propósito.
Para continuar nuestro
vuelo de vida con mayor fuerza, debemos tomar tiempo frecuentemente para
desprendernos de hechos, costumbres, tradiciones. Debemos quitarnos los
recuerdos dolorosos. Libres del peso del pasado, y renovando nuestro ser podemos
volar más rápido, más alto y más acertados. Feliz vuelo, mi deseo es que nos
lleve de regreso al “AMOR”, allí donde comenzó
nuestro viaje.
Comentarios
Publicar un comentario