SI NO TENGO AMOR, NADA SOY
La psicología («psico», del
griego, alma o actividad mental, y «logia», tratado, estudio). Psicología es la ciencia que estudia la conducta o
comportamiento humano. La palabra latina psicología fue utilizada por primera
vez por el poeta y humanista cristiano Marko Maluric en su libro Psichiologia
de ratione animae humanae a finales del siglo XV.
La Psicología explora conceptos
como la percepción, la atención, la motivación, la emoción, el funcionamiento
del cerebro, la inteligencia, la personalidad, la consciencia y el inconsciente
y las relaciones personales.
En este artículo quiero hacer
énfasis en las relaciones personales uno de los pilares fundamentales del Análisis Transaccional (Importante rama
de la Psicología moderna) que incluye necesariamente una visión más allá del
bienestar personal o de la búsqueda del sí mismo. El concepto de transacción implica un
encuentro entre dos personas, y se manifiesta mediante el diálogo y que se
extiende a todo el círculo de los contactos activos de un individuo y sus
tratos cotidianos, incluyendo la pareja, la familia, los amigos, conocidos y
compañeros de trabajo, y por tanto se expande inevitablemente más allá del
círculo social más íntimo del individuo.
De hecho, la sociedad se define
por la totalidad colectiva de esas interacciones diarias, que difieren en
cierta medida según las tradiciones, las convenciones sociales y creencias,
diferentes en mayor o menor medida según cada cultura. Me cuento entre aquellos
que creen que lo personal y lo social se entrecruzan inevitablemente, y que el
verdadero fundamento del Análisis Transaccional es un reconocimiento de ese
hecho, incluso aunque el foco fundamental está en las actitudes y conductas
individuales con respecto a sus encuentros sociales más inmediatos.
Nuestro mundo, cada vez más
interconectado y saturado de información, está indudablemente ejerciendo gran
influencia en nuestra psicología colectiva. La psicología en todos los tiempos
y principalmente en la actualidad ayuda de gran manera a describir y a
desentrañar las relaciones humanas; algunas: trágicas, absurdas, alegres, conmovedores y a veces también inspiradoras
con el mundo que nos rodea y especialmente con otros seres humanos.
¿Es simplemente irónico, que
mientras el mundo se hace cada vez más pequeño, sólo se vean aumentadas cada
vez más la violencia, el hambre, las luchas étnicas, la discriminación, la
corrupción y la guerra?, hechos
anteriores resultantes de las incapacidades humanas para relacionarse,
de su inconsciencia. La más obvia “pero también la más obviada” de las
soluciones posibles que tenemos a nuestra disposición, es EL AMOR, resulta una
emoción despreciada y en peligro de extinción.
Bien expresa Claude Steiner en su
libro: “El corazón del Asunto”, como él
mismo indica, «...están proliferando los patrones culturales del cinismo y la
soledad, y se están situando como obstáculos para nuestras capacidades y
habilidades para amar». El amor conlleva el desarrollo de muchas de nuestras
aptitudes más valiosas ya que demanda comprensión, inteligencia, empatía y
sobre todo honestidad. Como Steiner afirma más adelante, «El amor es una fuerza
para la acción colectiva en nombre de la libertad y del poder de las personas».
Y es el amor lo que debemos cuidar y fomentar a toda costa. Es cuestión de vida
o muerte.
San Pablo, nos enseñan sobre el
amor en sus cartas. El decía: “Aunque hablara todas las lenguas de los hombres
y de los Ángeles, aunque fuera sabio, aunque tuviera una gran fe, si no tengo
AMOR, nada soy”. Cuando nos mueve el
AMOR estamos viviendo lo que bien nos enseñó Jesús: “Amarás al Señor tu Dios
con todo tu corazón, con toda tu alma y con toda tu mente y amarás a tu prójimo
como a ti mismo”. No existe otro mandato mayor que éste.
Pero preguntémonos ¿Quién es
nuestro prójimo?, es toda la gente del mundo. Es nuestra pareja, hijos, los
suegros, parientes, amigos, vecinos,
compañeros de trabajo, mis empleados, el jefe. Mi prójimo es también, los que
no nos caen bien, los que nos han hecho alguna maldad, los que hablan mal de
nosotros. Los buenos, los malvados, los simpáticos, los pesados, los pobres,
los ricos, los que creen lo que yo, los que tienen otras ideas. ¡Todos son
nuestro prójimo”
Sólo viviendo en el AMOR podremos
tener paz en nuestra alma, podremos tener esa tranquilidad interior que da la
única y verdadera felicidad al hombre. Habremos cumplido, habremos encontrado el
camino al Sí mismo, habremos amado a nuestro hermano como a nosotros mismos, es
decir lo hemos tratado como a nosotros nos gustaría que nos trataran; cuando
amamos al prójimo hemos encontrado el camino al Corazón, el camino de regreso a
DIOS.
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