SOBRE LA COMPASIÓN
La compasión es un sentimiento humano que se
manifiesta a partir del sufrimiento de otro ser. Más intensa que la empatía. La
compasión describe el entendimiento sobre el estado emocional del otro, y es
con frecuencia combinada con un deseo de aliviar o reducir su sufrimiento.
En occidente la compasión suele asociarse a
sentimientos de poder. Esto permite comprender como este tipo de piedad suele
ser visto como ofensiva. “No quiero que
me compadezcas”, se responde a menudo. Sobre este sentido ya Aristóteles anotó
en su época que los seres humanos sienten compasión por “los que sufren sin
merecerlo”.
En el contexto cristiano Pablo de Tarso (El Apóstol
Pablo, en el cristianismo) afirmaba que la compasión es "reír con los que
ríen y llorar con los que lloran", enlazando el valor de la compasión con
la idea de compartir, este versículo enfatiza más bien la virtud de la empatía.
El sentimiento de compasión se ha asociado a un
sentimiento pasivo de lástima o pena ante la desgracia que nos produce el dolor
de otro. Sin embargo, la solidaridad, como positiva actitud de generosidad y
cuidado de los demás resulta psicológicamente incomprensible sin el motivo de
la compasión.
El budismo ha hecho de este sentimiento su actitud
espiritual propia. “Todo ser vivo merece esta piedad cuidadosa, esta
solidaridad en la finitud o por la menesterosidad.
“La compasión es, en esencia apacible y discreta,
pero también muy poderosa. Es el auténtico signo de la fuerza interior”. Dalai
Lama.
A continuación presento una forma de meditar sobre
la compasión enseñada por el Dalai Lama.
Al generar compasión, se empieza por reconocer que
no se desea el sufrimiento y que se tiene el derecho a alcanzar la felicidad.
Eso es algo que puede verificarse con facilidad. Se reconoce luego que las
demás personas, como uno mismo, no desean sufrir y tienen derecho a alcanzar la
felicidad. Eso se convierte en la base para empezar a generar compasión.
Así pues, meditemos hoy sobre la compasión.
Empecemos por visualizar a una persona que está sufriendo, a alguien que se
encuentra en una situación dolorosa, muy infortunada. Durante los tres primeros
minutos de la meditación, reflexionemos sobre el sufrimiento de ese individuo
de forma analítica, pensemos en su intenso sufrimiento y lo infeliz de su
existencia. Después tratemos de relacionarlo con nosotros mismos, pensando:
"Este ser tiene la misma capacidad que yo para experimentar dolor,
alegría, felicidad y sufrimiento". A continuación, tratemos de que surja
en nosotros un sentimiento natural de compasión hacia esa persona. Intentemos
llegar a una conclusión, pensemos en lo fuerte que es nuestro deseo de que esa
persona se vea libre de su sufrimiento. Tomemos la decisión de ayudarla a sentirse
aliviada.
Comentarios
Publicar un comentario