MANIFESTACIÓN DE LA VIRTUD



“Los antiguos maestros poseían sutil sabiduría y profundo conocimiento a tal grado que nadie podía entenderlos. Tan solo porque no podían ser entendidos me esfuerzo en ofrecer una imagen:

Eran prudentes como el que cruza un río en invierno. Irresolutos como aquel que está rodeado de peligros. Reservados como los huéspedes. Desprendidos, como el hielo que está por derretirse. Auténticos, como trozos de madera no trabajada. Amplios como los valles.

Mezclándose libremente con el agua turbia. ¿Quién puede recostarse en un lugar fangoso? Este lugar se aclara quedándose quieto.

¿Quién puede mantener su calma por mucho tiempo? Actuando, la paz vuelve a la vida.

Quien abraza el Tao no desea estar lleno. Precisamente porque nunca está lleno no puede agotarse ni renovarse”.

El anterior texto del TAO TE CHING (Cap. XVI)  se refiere al sabio. La primera paradoja quiere poner de relieve como la gente común o general, la gente que se identifica con este mundo, no puede entender al sabio. También indica, en un sentido más general quien alcanza la plenitud humana.

Además el texto nos enseña como, quedándose quieto, el mundo humano de los deseos y las pasiones (el lugar fangoso) se aclara; la paz actúa y devuelve la vida (espiritual).  

El estar lleno (de deseos, preocupaciones) es lo que impide al hombre recibir la luz, la sabiduría. Al respecto nos dice Chuang Tzu: "Lo que está lleno no puede ya recibir y desborda; lo que está vacío, aspira a los seres" frase anterior que complemento con lo dicho por  Weng-Tzu: “El vacío es el lugar no ocupado; la paz, el corazón (la mente) sin apegos".

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